Una fábula de Esopo cuenta que dos hermanos tenían dinero ahorrado y pensaban usarlo para asegurar su futuro. Juntos fueron en busca de algo en lo que pudieran invertirlo. Caminando vieron un plantío de vides que estaban a la venta. Aunque parecía abandonado, llamaron a la puerta de la casa vecina y platicaron con el dueño de la propiedad.
- ¿Por qué lo vende?, le preguntaron.
- Lo compré hace tiempo porque decían en el pueblo que en alguna parte de este terreno estaba escondido un tesoro muy valioso, respondió el anciano.
- ¿Y ya lo encontró?
- No. Lo busqué durante varios días, pero no hay nada. Me harté.
- Si compramos el plantío, ¿el tesoro será nuestro?
- Por supuesto, hagamos el trato.
Tomaron posesión del terreno y observaron que estaba muy descuidado, pero esto no los desanimó, pusieron manos a la obra para mejorar la situación del sembradío.
Un día notaron que algo estaba cambiando: las vides comenzaron a dar uvas jugosas que se vendían rápidamente. Empezó a llegar gente de otras comarcas. Los hermanos recuperaron el dinero que pagaron por el plantío y ganaron más.
Así se dieron cuenta de que el verdadero tesoro oculto era la recompensa al esfuerzo y el trabajo continuo.
La perseverancia es un valor fundamental en la vida que nos lleva a obtener un resultado concreto, una satisfacción personal. Brinda estabilidad, confianza y, sobre todo, es un signo de madurez, ya que tomamos conciencia de nuestra responsabilidad ante las cosas.
Si somos perseverantes obtendremos el gozo de lograr lo que queremos.
“La gota perfora la roca, no por su fuerza, sino por su perseverancia”.
Publio Ovidio Nasón
TOMO No. 91
19 de Enero de 2009
Portada: Britney Spears
Entrevista: No Hubo
Carta Editorial: Perseverancia