Todos los días, cada uno sin excepción, separa y programa algunos momentos para ti. Disfruta de cuatro o cinco minutos en soledad y en silencio. Ve dentro de ti, interioriza con pensamientos de perdón, comprensión, tolerancia, agradecimiento, satisfacción y, muy importante, de amor para ti mismo, siéntete orgulloso y agradecido por todo lo que has hecho bien y disfrútalo, te lo mereces.
En todo lo que nos ocurre, en lo que sucede a nuestro alrededor, en cada paso que nos toca vivir, hay una enseñanza, un mensaje, una lección. Aun en aquellas vivencias que nos parecen desagradables, vergonzosas o dolorosas, es ahí precisamente donde más tenemos que aprender.
No perdamos tiempo en quejamos o lamentarnos, busquemos la enseñanza, la lección implícita, y a seguir adelante, logrando cada día y a cada momento ser más felices y más íntegros, siendo una mejor persona.
Es un error pensar que somos los únicos que hacemos las cosas bien y que nada quedará perfecto si no lo hacemos nosotros mismos, esta actitud es muy arrogante. Compartamos los conocimientos, enseñemos, no critiquemos, porque nadie nos ha nombrado jueces, ni reparadores, ni críticos de la humanidad.
Dejemos que cada cual viva y aprenda de sus experiencias. Permitamos que las personas aprendan sus lecciones, porque nadie nos ha encargado la corrección ni la supervisión de la gente a nuestro alrededor. Vivamos y dejemos vivir.
El esfuerzo de cada instante en tu trabajo es como el golpe del hacha sobre el tronco de un árbol enorme. El primero no causa el más leve temblor, ni el segundo hachazo, ni el tercero. Cada golpe, en sí mismo, es insignificante, en apariencia. Sin embargo, el árbol por fin caerá. Así, tu constancia en el esfuerzo de hoy y mañana te producirá los logros que buscas.
“La persistencia y la constancia son condiciones para la victoria final”.
TOMO No. 94
9 de Febrero de 2009
Portada: Sarah Jessica Parker
Entrevista: No Hubo
Carta Editorial: Pensamientos Positivos