Con este texto terminamos la serie de reflexiones escritas por el cantautor Facundo Cabral acerca de ese sentimiento de descontento y cansancio que a veces nos hace no apreciar la vida.
Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las mil y una noches, La divina comedia, El Quijote, Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Máiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.
Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas… y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.
No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida.
Ama hasta convertirte en lo amado, más aun hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso; una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruya una vida, hay millones de caricias que la alimentan.
TOMO No. 150
5 Marzo de 2010
Portada: Alejandro Fernández
Entrevista: No Hubo
Editorial: No Estás Deprimido, Estás Distraído (Ultima parte)