La regla de oro

León Nikoláievich Tolstoi, gran novelista ruso, profundo pensador social y moral, y autor de La guerra y la paz y Ana Karenina, entre otros títulos, tiene entre su vasta obra literaria una muy sencilla llamada Cuentos populares, que consta de 17 historias ilustrativas sobre el comportamiento humano. Una de ellas, titulada “Micha y su abuelo”, narra lo siguiente:

Micha, un niño de cinco años, vivía con sus padres y su abuelo, un anciano a quien sus piernas ya no soportaban su peso, sus ojos ya no podían ver, sus oídos no escuchaban y en su boca ya no quedaba ni un solo diente. Su hijo y su nuera, para evitar que ensuciara la mesa, ya no le servían de comer ahí, sino al lado de la estufa para que o ensuciara. En una ocasión, el anciano quiso levantar su plato y sin querer lo dejó caer. El tazón se rompió y todo se derramó sobre el piso.

Furiosa, su nuera a gritos y de forma humillante sentenció: “A partir de hoy te serviré en una cubeta de madera, como las que uso para darle de comer a los animales”.

El anciano suspiró profundamente, agachó la cabeza y no dio respuesta alguna a pesar de sentirse muy lastimado.

Pasado algún tiempo, un día estaba en la casa el pequeño Micha jugando muy entretenido con unos bloques de madera. Los acomodaba de una manera y de otra, como si quisiera darle la forma de un objeto determinado.

- ¿Qué figura quieres hacer?, le preguntó con curiosidad su padre.

- Una cubeta de madera, papá, para que cuando tú y mamá sean ten viejos como el abuelo pueda servirles aquí su comida y vean lo que se siente. Contestó el pequeño.

Sin decir nada, el matrimonio se puso a llorar de vergüenza por haber tratado al abuelo de aquella manera. Desde aquel momento cuidaron y procuraron al abuelo hasta sus últimos días.

Cuando mostramos aprecio y cuidado por algo o alguien estamos ejerciendo el valor del respeto.

Un refrán popular dice: “En el pedir está el dar”. Respetar a los otros es reconocer su importancia como personas que habitan el mundo y comparten la vida con nosotros, y saber que cada uno es tu prójimo.

“Lo que das es lo que recibes”, esa es la regla de oro en la convivencia humana.

 

TOMO No. 84
1° de diciembre de 2008
Portada: Maite Perroni
Entrevista: No hubo
Carta Editorial: La regla de oro