Iba caminando en el aeropuerto cuando vi a un niño que manejaba con gran destreza un videojuego. Me llamó la atención lo concentrado que estaba y me acerqué para preguntarle con qué se divertía. Cuál sería mi sorpresa cuando me respondió que estaba enviando una foto por correo electrónico a uno de sus amigos desde su iPhone.
En ese momento me di cuenta de cómo con la modernidad cambia todo de un momento a otro, y de que en ocasiones sucede sin que lo percibamos. Al igual que en otras partes del mundo, también se vive en México, pero no nos damos cuenta de su impacto, tal y como ocurrió hace 20 años con la computadora, que hoy es parte de nuestra vida diaria.
Otra noticia que nos ha traído la modernidad y que veíamos muy lejana, o por momentos imposibles, son los viajes comerciales a la Luna. Desde el 2004 se volvieron una realidad cuando la línea espacial Virgin Galactic anunció que cualquiera que pudiera pagar 300 mil dólares podría visitar el espacio sideral. El proyecto ha cobrado forma, y las primeras excursiones están agendazas para realizarse a partir del 2013.
Por otro lado, los automóviles híbridos que utilizan energía eléctrica, poca gasolina, y ayudan al medio ambiente emanando menos gases que un vehículo normal, acaparan ya el mercado automotriz. Lo increíble de esto es que en una misma toma de corriente de luz podemos conectar el coche y nuestro celular.
Y qué decir de los videojuegos, que cada día son más apegados a la vida real en sus diseños, como por ejemplo los juegos deportivos de la FIFA, que año con año se actualizan y cuyos personajes son creados casi con las mismas facciones y movimientos que las de un humano.
Sin duda, estos regalos de la modernidad representan un gran cambio en nuestro día a día. Está en nosotros no perder la capacidad de sorprendernos y tratar de entenderlos.
Hay que adaptarnos y aprender a aceptar que la vida está llena de cambios, OK!
TOMO No. 68
11 Agosto, 2008
Portada: Sven-Göran Eriksson
Entrevista: No hubo
Carta Editorial: La modernidad entre nosotros (Julio Alemán, Ana Patricia Rojo, Agustín Arana)