La aceptación, primera ley del espíritu

Hay una fábula persa que cuenta que hace mucho tiempo, en aquel imperio lejano, existió un gran rey bueno y recto que deseaba que sus súbditos alcanzaran la felicidad. Por eso juntó a todos los sabios del reino y les encomendó reunir toda la sabiduría humana para lograr dicha meta. Los sabios se pusieron a trabaja, recorrieron todos los rincones de la tierra y después de un arduo trabajo le entregaron al rey una enciclopedia de 20 enormes tomos:

“Su majestad, estos libros contienen el secreto para alcanzar la felicidad”

El monarca miró todos los libros y contestó:

“Esto no sirve, pues difícilmente alguien leerá tanto. Toda esta sabiduría deben resumirla en una frase, en una oración que todo hombre pueda recordar. Es más, no debe ser más larga de lo que pueda inscribirse en este anillo”.

Y diciendo esto les entregó una argolla de oro. Encerrados por años, los sabios trabajaron hasta que un día se presentaron ante el rey para entregarle el anillo. Lo leyó y sonrió complacido.

“Los felicito, han cumplido su misión”.

La escritura en el anillo decía: “Lo que es, es. Lo que no es, no es”.

La aceptación de las cosas que nos suceden en la vida es una parte fundamental para lograr la felicidad, a esta aceptación en Oriente la llaman “La primera ley del espíritu”. Aceptar no es lo mismo que gustar o tolerar lo que nos pasa, es simplemente comprender que jamás podremos controlar al mundo. Pero quién mejor que el afamado escritor y filósofo inglés Alexander Pope para explicar esto en un hermoso verso:

Toda naturaleza no es más que arte que desconoces; Toda casualidad, dirección que no puedes ver; Toda discordia, armonía incomprendida; Todo mal parcial, bien universal; Y, a pesar del orgullo y a pesar del despecho de la mente errada, una verdad es clara:

Lo que es, es como debe ser, OK!

 

TOMO No. 80
3 de Noviembre, 2008
Portada: Juanes
Entrevista: No Hubo
Carta Editorial: La Aceptación, Primera Ley del Espíritu (Comentarios: No Hubo)