En algunas ocasiones, cuando algo de nuestro físico no nos gusta, tratamos de encontrar la forma de cambiarlo, buscamos la dieta perfecta, la crema mágica, los masajes, y en ocasiones llegamos a la cirugía, sin antes reflexionar en lo que hay detrás de todo esto. Lo primero que debemos hacer es tomar consciencia de nuestras actitudes mentales y emocionales, que son las que rigen nuestro día a día, porque si no, hagamos lo que hagamos, nada nos funcionará, ya que tarde o temprano, si tenemos pensamientos negativos sobre nosotros mismos o sobre los demás, se reflejarán nuevamente en el físico y, por consecuencia, en todos los ámbitos de la vida.
Si queremos cambiar nuestra imagen física, primero debemos hacer una introspección de nosotros, poner atención a las palabras, concentrarnos en lo que deseamos y desechar los pensamientos negativos, miedos e inseguridades que nos invaden. Entonces verás que las modificaciones externas que planeas serán mucho más evidentes y perdurables. Para ello te invito a que hagas estos sencillos pasos;
Primero; mírate al espejo y descubre en tu físico todo lo bonito que tienes.
Segundo; tómate el tiempo que necesites para reflexionar sobre tus valores, porque el subconsciente no conoce de bromas, y todo lo que le repites constantemente lo toma como verdad. Ten cuidado con lo que piensas de ti.
Tercero; enlista todas y cada una de tus cualidades.
Una vez que hayas hecho estos tres ejercicios, te darás cuenta de que la mejor manera de empezar tu transformación es a través del pensamiento positivo.
TOMO No. 98
9 de Marzo de 2009
Portada: Motel
Entrevista: No Hubo
Carta Editorial: El Pensamiento Correcto