Despréndete de ti mismo

La definición de la palabra generosidad es muy sencilla: “servir con auténtico desprendimiento sin esperar nada a cambio, buscando el bien de los demás”. Pero en realidad, ¿qué tan fácil es hacerlo?

Se trata de un valor que nos permite dar y ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, y no estoy hablando de dinero o cosas materiales, sino de ir más allá y desprendernos de algo o de nosotros mismos para compartirlo. También implica estar al pendiente de nuestras palabras, expresiones y acciones.

Desde que el ser humano tiene memoria, esta ha sido una de las virtudes más importantes para el desarrollo de la sociedad, pues siempre hay algo que hacer por el prójimo o por el lugar en donde vivimos. Es generoso el que perdona las grandes ofensas, quien puede sacrificar su comodidad y privilegios en aras de conseguir lo mejor para los demás. Igualmente lo son las personas que, desinteresadamente, han entregado al mundo el producto de su inteligencia, su conocimiento y su trabajo.

No sólo dar es importante, también lo es la manera en la que lo hacemos. De esta forma descubrimos que cuando somos generosos, recibimos más de nosotros mismos.

Sólo con generosidad es posible situarnos por encima de nuestros intereses personales y hacer lo que esté a nuestro alcance para que todos tengamos lo que esté a nuestro alcance para que todos tengamos las mismas oportunidades, de esta manera, el mundo en el que vivimos será un poco más humano y más justo cada día.

Y como dijo Lao Tsé: “Da y tendrás en abundancia”, OK!

 

TOMO No. 62
30 Junio 2008
Portada: Gloria Trevi
Entrevista: No Hubo
Carta Editorial: Despréndete de ti Mismo (Manuel Ojeda, Ursula Pratts, Eduardo Liñán)