Amor y educación

Creo, como muchas otras personas, que el futuro está en los niños, y por eso hay que ponerles especial atención, llenarlos de amor, preocuparnos y ocuparnos por educarlos, porque si bien la escuela es importante, también lo es el ejemplo de lo que ven en casa.

Muchas veces los padres manejamos una doble moral con nuestros hijos, por decirlo de algún modo: decimos una cosa y hacemos otra, con lo que los desconcertamos y maleducamos. Somos un ejemplo a seguir, pero en ocasiones se nos olvida actuar coherentemente en todos los sentidos, estar conscientes de que somos observados e imitados por ellos.

Inculcarles valores y civismo es determinante en su desarrollo. No basta con decirles lo que tienen que hacer, sino que tenemos que predicar con el ejemplo. Debemos amarlos, educarlos, impulsarlos y guiarlos por el camino correcto, el de la verdad, la entrega, la dedicación y la honestidad. Con esto los preparamos para dejarlos volar. No podemos saber qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos, pero sí qué hijos queremos dejarle a este mundo.

La tarea de educar es la más difícil que hay, pues aún no tenemos una universidad para aprender a hacerlo. Si existiera, no sería eficiente, ya que cada hijo es único. Confucio decía: “educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío”. Hay que tener cuidado si les ponemos todo en bandeja de plata porque les estaremos haciendo daño.

Ver a nuestros hijos realizados será la mejor recompensa, OK!

 

TOMO No. 53
28 Abril 2008
Portada: Eiza y Glenda
Entrevista: Susana Alexander
Carta Editorial: Amor y Educación (Graciela Mauri, Arath De la Torre, Sabine Moussier)