Las tradiciones son la historia viviente y tienen la enorme virtud de fusionarnos con el pasado, siendo el hilo conductor que va tejiendo la malla entre generaciones, de ahí la importancia de sentirnos orgullosos al compartir y preservar nuestros valores.
Desde la época prehispánica, las ofrendas del Día de Muertos son parte de nuestra cultura. Los mexicanos somos tan creativos y ocurrentes que, con todo respeto e ingenio, ¡hasta de la muerte nos reímos! Hacemos bromas en torno de ella, la honramos y festejamos mirándola de frente, pareciera que cada aspecto de nuestra vida cotidiana es una permanente invitación a celebrar.
Pero es innegable que cuando la muerte se acerca nos sorprende, entristece y hace que temporalmente todo pierda sentido. En esos momentos entendemos más que nunca la fragilidad de la vida, ante la inevitable solidez de la muerte, y es cuando nos queda claro que todos tenemos una fecha de caducidad.
Aunque los avances médicos alarguen nuestros días, valdría la pena que apreciáramos estar aquí y ahora, porque es una gran oportunidad, y no permitamos que lo superfluo nos haga perder la esencia de la vida misma. Me pregunto: ¿Vivir más se refiere únicamente a los días que suman años en el calendario o a los días felices que logran una vida plena?
Las tradiciones nos dan identidad, seguridad, raíces y un sentido de pertenencia como pueblo y como familia. Conservándolas tenemos la oportunidad de transmitir estos valores a nuestros hijos.
Disfruta a plenitud, OK!
TOMO 3
31 octubre de 2006
Portada: Adriana Lavat.
Entrevista: José María Torre, Cecilia Suárez
Editoral: Tradiciones (Edith González, Julio Alemán, Patsy)